TIME FOR TRUTH fue el mensaje de la I CUMBRE DE EXOPOLÍTICA celebrada en Sitges los días 25 y 26 de julio pasados. Me llamó la atención el evento, y decidí asistir, pensando realmente que era un hito para la divulgación de “la verdad” sobre si realmente los OVNIS son portadores de visitantes de otros planetas, o un puro invento de mentes imaginativas. Sin embargo la sensación que me llevé después del largo fin de semana fue de sentirme más lejos todavía de la verdad.

El término de Exopolítica lleva usándose desde hace unos diez años y es una “disciplina” que nace con el objetivo de impulsar la desclasificación de los archivos censurados por los gobiernos en relación a la presencia extraterrestre (o no) en la tierra. Y una vez finalice la época de este embargo informativo, convertirse en la “política” o “diplomacia” intergaláctica. Lo que está claro es que la aceptación por parte de los gobiernos de que “no estamos solos” conllevaría un montón de implicaciones y consecuencias para las que (supuestamente) no estamos preparados.  Y esa es su excusa.

A mí, el sentido común me dice que “algo” debe de haber. Habiendo los miles y miles de estrellas que hay en nuestra galaxia (por no hablar del vasto universo) sería ilógico e infantil pensar que somos la única civilización que ha germinado en él. Por otro lado, si los gobiernos del mundo entero llevan decenas de años ocultándonos información y calificando las investigaciones ufológicas como TOP SECRET (o cósmic secret, como se nos dijo en la cumbre) es que algo esconden… ¿o no? ¿A qué vendría si no, tanto misterio? Y ante la suposición de que nos están ocultando la verdad, ¿por qué lo hacen?

En la cumbre habían algunos de los científicos e investigadores ufológicos más reconocidos a nivel mundial (Steven Greer, Nick Pope, Robert Dean, etc.) En cambio, la información nueva que se dio fue muy poca, y explicaciones, menos. Era obvio que no se decía todo y que los expertos no tenían libertad para hablar del tema. ¿Por qué? No sólo eso. Algunos de los ponentes explicaron que habían recibido amenazas de muerte y algunos de ellos llevaban guardaespaldas (doy fe de ello). Por otro lado, algunos de las asistentes como público propagaron haber recibido amenazas de muerte por parte de algún ponente. Entonces… ¿dónde está la verdad y a quien nos podemos creer? ¿Quién quiere desprestigiar a quien?

He intentado resumir algunas de las “conclusiones” a las que llegué durante la Cumbre, por lo menos, las más obvias. Todo esto que expongo aquí fue públicamente dicho y aceptado por los ponentes. Y digo yo… si esto es lo que pudieron decir… ¿cuánto no nos han dicho todavía…?

1.- Parece comúnmente aceptado entre todos los “profesionales” y “científicos” que se han dedicado a investigar sobre este tema, que existe vida fuera de este planeta y que somos visitados desde siempre. Se habló incluso de que hay 57 diferentes “culturas cósmicas” o “razas” diferentes identificadas.

2.- Si no se informa a la población sobre “la verdad” es porque hay intereses económicos de por medio. ¿Cuáles? La tecnología y conocimientos que puedan tener estos seres y los tipos de energía que puedan usar para desplazarse de la manera que lo hacen y a tan grandes distancias. Las energías libres y gratuitas son la piedra filosofal de toda la movida ufológica, dado que su revelación y difusión en el planeta tierra supondría una revolución económica mundial que cambiaría todo

3.- Se dijo insistentemente que todas estas razas son “buenas” y que no pretenden “conquistarnos” o “manipularnos”, pues si esa fuera su intención, ya habrían podido hacerlo hace tiempo. De hecho, al parecer se comportan “paternalmente” con nosotros, a pesar de que nos han querido hacer creer (los de aquí) que había alienígenas malos (para de esta manera evitar posibles contactos).

4.- Parece bastante claro que el hombre tiene ya bases fijas y estables en la Luna (en la cara oculta) y en Marte (bajo tierra). En el caso de Marte, “nuestras” instalaciones estarían junto a las edificaciones que tienen allí los propios habitantes (o sea, los marcianos…). Varios de los ponentes lo corroboraron e incluso había asistentes al evento que aseguraron haber estado allí, en Marte. Curiosamente, a esos asistentes no se les dejó hablar públicamente. ¿Por qué?

6.- Toda la tecnología que se ha desarrollado gracias a los conocimientos extraterrestres, ha llevado al hombre a poder controlar la gravedad (se hablaba de artefactos antigravedad) y la teletransportación. Una frase que se dijo varias veces durante la Cumbre en el escenario fue: “hoy en día ya podríamos llevar a ET a su casa”.

7.- Existe una enorme base militar subterránea en el estado de Nevada (USA) llamada AREA 51, donde conviven militares y algunas familias de alienígenas para hacer todo tipo de experimentos e investigaciones con ellos y su tecnología. Parece que allí hay (por lo menos) dos máquinas de teletransportación, una para Marte y otra para Australia.

8.- Lo más “oculto” de todo esto es que toda esta “carrera espacial/tecnológica” no es efectuada por la NASA ni por los gobiernos oficiales, sino por otra agencia espacial “a la sombra”, subvencionada por un “gobierno mundial a la sombra”.

9.- Se habló de que la mayoría de presidentes estadounidenses no han sido informados de “la verdad” sobre la vida extraterrestre, y que algunos que han pretendido saber más, han sido eliminados… (léase Kennedy). No parece claro qué tipo de presidente va a ser Obama. Por un lado algunos piensan que va a ser el que va propiciar la gran obertura de la verdad, mientras otros piensan que su supuesta “honestidad” no ha sido más que una gran mentira y que forma parte del Gobierno a la sombra que nos “manipula” a todos.

Visto lo visto, lo que sí parece claro es que cada vez la presión de la sociedad es mayor para que se esclarezca la verdad sobre las posibles civilizaciones que nos visitan y para que deje de ridiculizarse a los que defienden que “no estamos solos”. Hay ya suficientes evidencias técnicas, científicas, humanas y de sentido común como para darlo por hecho. Debemos reclamar que nos digan la verdad, ya. Llegó la hora.