Ana.- Buenas tardes Capitán Romero, agradezco su atención para atender esta entrevista.
Para iniciar, podría usted decirme ¿cuántos años tiene de experiencia en la aviación?
Cap. Romero.- Tengo 51 años de experiencia como piloto y he laborado en empresas muy importantes como Aeroméxico, el grupo ICA, el Banco Nacional de México y para el Gral. Miguel Enríquez Guzmán, entre otros.
Ana.- En su amplia trayectoria ¿se ha encontrado con objetos voladores no identificados?
Cap. Romero.- Sí, fue en dos ocasiones. La primera de ellas sucedió en julio de 1970, cuando volaba de Guadalajara con destino a Hermosillo, a las 11 de la noche, con nivel de vuelo de 20,000 pies y en un turbo-hélice Beechkraft de una empresa constructora.
El avistamiento que tuvimos fue a 40 millas al sur de Hermosillo, cuando se nos apareció una luz bastante voluminosa y con gran intensidad, entonces le pregunté al copiloto: “oye, ¿qué será esto?, ¿será un ferrocarril o qué? Porque parecía el faro de una máquina de ferrocarril, pero con la diferencia que los trenes no pueden volar a 20,000 pies ¿verdad?
En ese momento yo estaba controlado por el Centro de Mazatlán, pero no quise interrumpir las comunicaciones ni meterme en la frecuencia para pedir información de lo que estaba pasando, pero antes de que ellos me cambiaran de frecuencia yo lo hice y me cambié a la de Torre de Hermosillo para preguntarles si tenían a la vista algún tráfico en sentido contrario y ellos me respondieron que no, que el único tráfico era un Comet de Mexicana de Aviación. A lo que dije: “bueno, enterado”, entonces me reporté a 40 millas al sur de Hermosillo y me indicaron: “despídase de Centro Mazatlán y manténgase en esta frecuencia”. Yo no quise decir lo que estaba observando porque luego pueden pensar que estamos mal y quizás me hubieran dicho que me revisara un médico.
Pero ellos mismos me preguntaron: ¿Usted está observando una luz al noroeste de su posición?, a lo que respondí: “afirmativo” y continué volando, eso era precisamente lo que yo estaba viendo.
Entonces me dijeron: “cualquier movimiento que tenga, haga el favor de informarnos, porque también nosotros lo tenemos a la vista en Torre de Control”, a lo que respondí: “a propósito… esa fue realmente la razón que me hizo cambiarme a la frecuencia de Torre de Control, antes del área que debe ser normal”.
Ana.- Entonces ¿hubo confirmación de parte de los controladores aéreos?
Cap. Romero.- Sí, ellos también tenían contacto visual con esa luz y me lo confirmaron cuando pasé a la Torre de Control.
Ana.- Capitán, ¿existe algún tipo de censura para hablar de este tema?
Cap. Romero.- No precisamente, es más bien una auto-censura, por la naturaleza de nuestro trabajo.
Ana.- ¿Cómo fue su segunda experiencia con los ovnis?
Cap. Romero.- El segundo encuentro visual fue sobrevolando el Valle de Morelos, apenas el año pasado. En esa ocasión despegué de Toluca rumbo a mi base, que es Atizapán de Zaragoza, en el avión de mi propiedad modelo Cessna 182.
Recuerdo que me fui por la parte más baja para buscar la entrada al Valle de México, rumbo a Chalco, cuando a la altura del Cerro Tepozteco me encontré con un objeto volador esférico de 6 ó 7 metros de diámetro. Al principio pensé que era un globo publicitario que se le había escapado a alguna empresa.
Por mera curiosidad y sin tener prisa por llegar a mi destino, traté de alcanzarlo pero no lo logré. Resulta que este objeto volaba a la misma velocidad que el avión, ya que siempre se mantuvo a la misma distancia de la aeronave y no permitió que le diera alcance, por lo que empecé a sospechar que aquello no era un globo.
Ana.- ¿A qué altura y velocidad volaba su avión?
Cap. Romero.- Tenía una altitud de 11,500 pies y volaba a 200 km/h.
Ana.- Si fuera un globo ¿si lo hubiera alcanzado?
Cap. Romero.- Claro, a un globo si le doy alcance porque a esa altura no me iba a encontrar con corrientes; lo interesante es que este objeto siempre voló a la misma velocidad que el avión, a una distancia aproximada de 3 millas, pero lo más sorprendente es que repentinamente incrementó su velocidad en forma de ascenso y se me desapareció entre las cúspides de unos cúmulus y estratocúmulus, se fue y no lo volví a ver.
Ana.- ¿Ha experimentado otro tipo de avistamientos?
Cap. Romero.- Sí, también me ha sucedido que la Torre de Control me reporte un tráfico y que yo no lo vea físicamente. Eso me pasó en un vuelo de Obregón a México, cuando me preguntaron si tenía alguna aeronave a la derecha de mi posición, a lo que respondí: “negativo”.
Sucede que ellos lo estaban viendo en la pantalla del radar y por eso me estaban interrogando, pero yo no lo veía… quizás algo parecido al caso de los pilotos militares de la Fuerza Aérea Mexicana.
Ana.- ¿A qué atribuye esos fenómenos?
Cap. Romero.- Es difícil de explicar, pero creo que sí es posible que exista una tecnología más avanzada que la nuestra.
No sabemos en realidad si exista vida en otra parte del Cosmos, pero ¿por qué no pensar en la posibilidad de que haya seres más inteligentes que nosotros?, o por lo menos con un mayor desarrollo tecnológico y que con esos avances pueden ir a donde quieran, ¿por qué no?
Pienso que no debemos ser tan egoístas en creer que somos los únicos en este Universo infinito.
Ana.- Para finalizar esta entrevista, ¿desea usted agregar algo?
Cap. Romero.- Cabe aclarar que yo era escéptico y no creía en eso de los ovnis, hasta que me tocó vivirlo; así que no pretendo convencer a nadie, sólo recomiendo que analicen bien la situación y la tomen en cuenta, esperando que mis experiencias sean útiles para los interesados en la Ufología.