Führerbunker es la denominación que recibía el búnker o refugio antiaéreo situado en el subsuelo de Berlín, destinado a proteger a los altos mandos del Estado y las fuerzas armadas de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El centro neurálgico del Estado alemán, centralizado en la Cancillería del Tercer Reich, contó desde un primer momento con una serie de refugios antiaéreos situados en el subsuelo. Se construyeron los primeros búnkeres en el año 1936, detrás de los jardines de la vieja Cancillería, siendo erigidos por la empresa constructora Hochtief (fundada en 1873).
Tras la llegada de Adolf Hitler al poder (1933), se planeó y edificó la nueva Cancillería que había sido diseñada por el arquitecto Albert Speer, aprovechándose las obras para construir unos nuevos refugios que comenzaron en 1943.
El búnker fue utilizado durante los últimos momentos de la guerra por Hitler (de ahí su denominación “Führerbunker”), que se trasladó allí el 16 de enero de 1945, después de comprobar cómo los continuos ataques aéreos habían convertido la estancia dentro de la Cancillería peligrosa.
Según relatos de los supervivientes, Adolf Hitler, tras tener conocimiento de que las fuerzas armadas que debían liberar a Berlín se había rendido a los rusos, ordenó llamar a un funcionario judicial para que oficializase su boda con Eva Braun, tras lo cual se suicidó junto a su ya mujer. Al parecer sus restos y los de su esposa fueron sacados al jardín de la Cancillería y se les prendió fuego para evitar que los rusos pudiesen capturarlos. El búnker fue tomado por las fuerzas soviéticas el día 2 de mayo de 1945.
Tras la guerra, los restos del búnker permanecieron olvidados durante años y semienterrados en una manzana urbana baldía adyacente adonde existió el Reichstag, siendo los del antebúnker demolidos por las autoridades de la Alemania del Este, al menos parcialmente, en el año 1988 para construir sobre ellos apartamentos.
En mayo de 1995, el Parlamento regional de Berlín decidió clausurar el Führerbunker para construir nuevas viviendas,[cita requerida] rechazando la propuesta del partido Alianza 90/Los Verdes que solicitaba la permanencia del lugar como monumento histórico,[cita requerida] aunque es posible que las habitaciones de la última planta, la más profunda, continúen intactas aún protegidas por los 3 metros de hormigón del techo.[cita requerida]
El búnker o lo que queda (penúltimo y último nivel) hoy en día está bajo una plaza y se ha testeado su ubicación con ondas sónicas. Las divisiones aparecen en la gráfica adjunta.
Características [editar]
El refugio, más profundo que su antecesor y que se denominaba “vorbunker” o antebúnker, fue construido a mayor profundidad (a unos 8,2 metros) pero interconexionado con aquel mediante escaleras.
En la planta baja del mismo se localizaban las habitaciones y despachos de Hitler y de su esposa Eva Braun, así como la sala de conferencias, el dormitorio de Joseph Goebbels, la sala de los médicos, baños y habitaciones auxiliares y del personal auxiliar. El Führerbunker disponía de dos entradas: una que daba al antiguo búnker de la Cancillería y otra que conducía hacia el jardín, al que se accedía subiendo a través de una escalera de caracol hasta una torre de observación, o bien saliendo por un edificio anexo.
Como la construcción se encontraba bajo el nivel freático, era necesario que estuviesen funcionando continuamente las bombas destinadas a evacuar el agua, por lo que el ambiente dentro del refugio (que ya de por sí era muy espartano siguiendo las directrices de Hitler) se encontraba enrarecido, acústicamente hablando, ya que disponía también de generadores de corriente.
El acceso al búnker estaba muy controlado y no se permitía que nadie accediera armado al mismo. La ventilación estaba asimismo muy protegida, puesto que se temía que un ataque con gases pudiese afectar a los ocupantes, por lo que existían puertas herméticas que protegían contra ese tipo de ataque químico.
El techo del refugio tenía un grosor de 4 metros y las paredes de 4,0 y resistió, sin llegar a sufrir ningún daño,[cita requerida] los bombardeos soviéticos de las últimas horas de la guerra, pues los rusos no tenían constancia de la ubicación del mismo, y no fue hasta el último momento cuando supieron de su existencia, lo que supuso el incremento de la intensidad del cañoneo.