Las pieles sensibles requieren de unos cuidados muy especificos:
· La limpieza debe hacerse con cosméticos adaptados a las peculiaridades de este tipo de epidermis. Esto significa que debes emplear productos muy suaves, que hidraten y no resequen. Las texturas más apropiadas son las leches ligeras que no requieren aclaradao. En cambio, se desacosejan todos los jabones, por muy suaves que sean, porque provocan una mayor sequedad y tirantez.
· Hay que evitar el agua del grifo, habitualmente dura. Resulta preferible utilizar tónicos sin alcohol que contengan ingredientes botánicos naturales con propiedades calmantes, como la caléndula o el rusco. También puedes optar por aguas termales como la de Vichy, La Roche-Posay o Avène.
· En tu tratamiento diario, debes seleccionar cosméticos que, en su formulación, no contengan perfume, alcohol, conservantes ni colorantes. Todos ellos son ingredientes que pueden provocar reacción en la pieles sensibles. Además, es importante que tus productos incluyan activos que aumenten la resistencia de la barrera cutánea, para que se pueda defender en mejores condiciones de las agresiones.
· Prescinde del tabaco y evita tomar el sol, que es uno de los factores externos que mayor sensibilidad provocan en la piel. Es muy importante que te apliques protección solar a diario, pero asegúrate de que no contenga filtros solares químicos que puedan irritar la piel.
· Si tienes la piel sensible, la tienes en todo el cuerpo, aunque el problema se manifieste en las zonas más expuestas, como la cara. Utiliza productos especíicos no sólo en el rostro o en el contorno de ojos, sino en todo el cuerpo.