Al oler las fragancias evocamos recuerdos que asociamos a las emociones que sentimos la primera vez que las olimos. Nuestra habilidad de evocar recuerdos con un olor específico es incluso mayor que nuestra capacidad de recordar lo que hemos visto. Las fragancias nos permiten ser recordados, son complementos invisibles que llegan a ser tan afines a ti mismo como tu prenda de ropa favorita, pero además, crean referencia de nuestros recuerdos.
Las preferencias varían tanto como los propios gustos de quien las usa. Sin embargo cabe resaltar que las aguas de colonia y las notas frutales y florales acaparan las primeras posiciones de venta en nuestro país. Las notas preferidas son la manzana, las frutas de agua y las cítricas como la mandarina o el pomelo rosa, siempre mezcladas con el toque floral de la rosa, el jazmín o los pétalos de muguet entre otras.
Un buen perfume es el que tiene la capacidad de ser sutil y firme y determinado al mismo tiempo, puede mejorar nuestros días y enriquecer nuestras noches, es emoción líquida.