En Guatemala existen 1,730 personas esperando recibir un riñón. Entre ellos, no todos cuentan con un donante compatible ni todos son considerados buenos candidatos para el trasplante. Pero junto a los que esperan un trasplante de córneas, estos son los pacientes más próximos a mejorar su situación en un país en donde aún no se trasplanta ningún otro órgano ni tejido.
España es el país número uno en donaciones y trasplantes de órganos. Desde 1979 a la fecha se han colocado 36,000 nuevos riñones, 12,000 hígados y 5,000 corazones; mientras que en Guatemala las cifras se reducen a 550 trasplantes de riñones desde 1996, año en que se aprobó la Ley para la disposición de órganos y tejidos humanos.
Estas grandes diferencias no se deben sólo a la falta de logística, sino también a la escasez de donantes. Las donaciones pueden ser de dos tipos: cadavéricas o en vida. Las más comunes en el país son las de personas vivas, a diferencia de lo que sucede en ciudades más desarrolladas.
De personas vivas sólo puede extraerse medio hígado y un riñón. En Guatemala únicamente se practican los trasplantes de riñón dañados por insuficiencia renal crónica. De estos pacientes hay actualmente 1,230 atendidos en la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico, UNAERC, en donde los pacientes reciben ayuda para someterse a los tratamientos de diálisis y hemodiálisis, mientras encuentran a un donante. Sin embargo, no todos son buenos candidatos para recibir un trasplante, porque en la selección intervienen aspectos como ³compatibilidad con el tipo de sangre, con la capacidad inmunológica y la edad², explica el cirujano Julio Alemán. Además, siempre se selecciona a la persona con mejor oportunidad de sacar provecho al nuevo órgano, por lo que las personas de la tercera edad o con VIH Sida difícilmente resultan favorecidos.
Actualmente sólo se realizan cuatro trasplantes de riñones al mes en el Hospital General San Juan de Dios, igual número en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, y otros cuantos en sanatorios privados. ³Cuando se trabaja con donantes vivos, en el 85 por ciento de los casos en pacientes que llevan cinco años de haber recibido trasplantes, no se presentan complicaciones. Esa cifra se convierte en 75 por ciento en pacientes después de 10 años y hay quienes pasan 20 años sin complicación alguna², agrega Alemán.
Cerca del primer aniversario de haber recibido el riñón de su hermana, Miguel Grazioso recuerda que a sus 26 años y recién graduado de abogado, la vida le cambió cuando se enteró que debían hacerle un trasplante por insuficiencia renal. ³Los malestares son muy esporádicos, me daba migraña cada cuatro días, pero creía que era porque yo fumaba; me salía sangre de la nariz cuando se me subía la presión, me sentía cansado, vomitaba lo que comía o tomaba, empecé a perder el olfato y el gusto, las órbitas de los ojos se estaban tornando amarillas y cuando se me pusieron morados los labios y las uñas, mi jefa insistió en que fuera al médico², relata.
Ese día le dijeron que debía internarse de inmediato en el hospital, pero él no creía que las cosas fueran a empeorar. ³Pensaba Œsoy joven, ¿qué me puede pasar?¹. El doctor me preguntó qué pensaba del trasplante de riñón, yo le contesté que no me gustaría. El agregó: Œpues vételo pensando porque tal vez haya necesidad de uno¹ ². Rápidamente se hicieron pruebas de compatibilidad en la familia.
Su hermana María Catterina, cuatro años menor que él, resultó 95 por ciento compatible y aunque le surgieron dudas respecto a la donación, como el saber si podría quedar embarazada más adelante, nunca dudó en dar su riñón. Antes de someterse a la operación, los médicos la hicieron reflexionar respecto a la decisión, pero ella se mantuvo firme, ³confiaba en Dios, además se trataba de mi hermano y no iba a dejarlo solo para que esperara a un donante², comenta.
La situación de Miguel puede contarse como un caso afortunado. Estuvo en tratamiento de hemodiálisis sólo dos meses, la operación duró seis horas y lleva un año recibiendo los medicamentos necesarios, como uno de los beneficios de su afiliación al IGSS. Pero no todas las historias tienen un final feliz, el año pasado murieron en Guatemala 77 de estos pacientes por complicaciones vasculares e infecciones, según cifras de UNAERC.
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María Catterina donó un riñón a su hermano Miguel, quien la llama un ³ángel². |
Donar y no vender
De acuerdo con el abogado y notario Mario Fuentes Destarac, uno de los principales aspectos de la Ley para la disposición de órganos y tejidos humanos, es que prevé ³la donación de órganos a título gratuito, con el fin de evitar la comercialización y que la acción se convierta en algo lucrativo².
Aunque no faltan los rumores de personas que se acercan a los enfermos renales, para vender sus riñones, el cirujano Julio Alemán también hace énfasis en la importancia que la donación sea gratuita y totalmente voluntaria. En los casos de donación cadavérica el médico indica que, como parte de los trámites hospitalarios, es necesario que cinco familiares cercanos al fallecido firmen un documento, para autorizar el trasplante de uno de los órganos.
No son candidatos para donar
- Personas con tatuajes y/o piercing hechos en menos de seis meses
- Consumidores de drogas
- Trabajadoras del sexo
- Personas con VIH
- Personas que han tenido hepatitis
- Personas con discapacidad mental
- Diabéticos
- Hipertensos
- Menores de 18 años ni mayores de 70 años
60 millones de quetzales gastó el año pasado el gobierno en tratamientos de diálisis, mientras que en trasplantes erogó un millón. Fundación Donaré