23 de agosto de 2010.
Por Elisabeth Eaves. Forbes
Durante 900 años, Mohenjo-Daro, ciudad situada en lo que hoy es Pakistán, fue el centro urbano de una civilización floreciente, como una Nueva York o un Londres de su época. Alrededor de 1700 a. de C., los residentes abandonaron esta ciudad del Valle del Indo y se perdió bajó las arenas del tiempo hasta que los arqueólogos empezaron a excavar en el decenio de 1920. Actualmente, los visitantes pueden recorrer cientos de hectáreas entre sus calles y hogares desiertos.
Se cree que Mohenjo-Daro ya había caído en un declive económico cuando llegó un ejército invasor a dar la estocada mortal. Mohenjo-Daro no se recuperó jamás y la civilización del Valle del Indo que dominaba no tardó en desaparecer después.
La mayoría de las ciudades de nuestros días parecen bastante resistentes. De hecho, la posibilidad de que puedan acabar reducidas a polvo parece menos preocupante que saber cómo harán frente las naciones a la expansión de las denominadas «megaciudades», es decir, urbes con más de 10 millones de habitantes.
> ¿Sería posible que algunas de nuestras ciudades desaparecieran tan drásticamente como Mohenjo-Daro?
Ya es difícil predecir lo que ocurrirá dentro de 9 años como para imaginar lo que puede pasar en 90. Aquí, sin embargo, recogemos algunas de las situaciones más nefastas que podrían producirse antes de que acabe el siglo XXI.
Estamos seguros de que hay factores tan variados como el cambio climático y las poblaciones envejecidas que provocan que, a pesar del crecimiento global de la población urbana, algunas ciudades estén de hecho encogiendo. No hablamos únicamente de poblaciones pequeñas, aunque en los países desarrollados es posible que las comunidades pequeñas tengan que hacer frente a los efectos más extremos.
En Japón, hay muchas aldeas rurales donde apenas viven unos cuantos residentes ancianos y que están a punto de desaparecer. En Estados Unidos, ciudades de Kansas y de las dos Dakotas están bajo la amenaza de desaparecer, principalmente debido al éxodo de los jóvenes. Algunas ciudades de Kansas han decidido luchar por su supervivencia, regalando terrenos, con resultados variados.
Las "ciudades menguantes"
Sin embargo, hay algunos centros poblacionales que también se enfrentan al riesgo de la aniquilación. Los planificadores urbanos de Europa y Norteamérica ya están debatiendo las alternativas para las «ciudades menguantes». Tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, millones de residentes de la antigua Alemania Oriental se mudaron a la Occidental. La gente dejó simplemente abandonados más de un millón de apartamentos.
Por supuesto, aún no se sabe si esta ciudades desaparecerán por completo. Tomemos Detroit (Michigan), por ejemplo. Aquí, la población ha disminuido más del 50% desde 1950 hasta ahora. Hoy, cuenta con cerca de 910 00 habitantes y el número podría seguir disminuyendo por muchas décadas. El desempleo en la ciudad ronda el 13%. Aunque la ciudad no desaparezca, si las tendencias se mantienen, lo más probable es que Detroit quede tan cambiada que para 2100 estará totalmente irreconocible.
La amenaza de la subida del nivel del mar
Venecia (Italia) está también bajo amenaza. La ciudad italiana de los canales lleva hundiéndose cerca de 1000 años, pero en el último siglo el ritmo se ha acelerado rápidamente. Venecia se ha ido hundiendo cerca de 24 centímetros al año durante los últimos 100 años. El gobierno dispone de un plan de ingeniería para proteger la ciudad de la subida del nivel del mar, pero nadie sabe si será eficaz.
En todo el mundo, la subida del nivel del mar es una amenaza para las ciudades. Los holandeses, siempre trabajadores, han construido diques y medios técnicos inteligentes para sobrevivir a una subida del agua de los océanos aunque hasta dos tercios del país se encuentra bajo el nivel del mar. Sin embargo, es probable que Banjul, capital de Gambia, en África Occidental, quede completamente sumergida bajo el océano debido a una combinación de erosión y una subida de los niveles del mar, según un informe para el debate sobre las ciudades y el cambio climático elaborado en 2002 por el Banco Mundial.
El efecto de Ozymandias
Ya sea por una catástrofe natural, un colapso económico o la lenta invasión del agua o las arenas, es probable que al menos algunas de las ciudades que hoy conocemos corran la misma suerte que Ozymandias, rey de reyes que construyó un monumento para sí mismo. Como dijo el poeta inglés Percy Bysshe Shelley: «Round the decay / Of that colossal Wreck, boundless and bare / The lone and level sands stretch far away.» (Alrededor de las ruinas/de los despojos colosales, inmensas y desnudas/se extienden las arenas solitarias y llanas).