ATRAVESAR LA FRONTERA DEL TIEMPO.

Los tiempos pasan y ¿qué es el tiempo?

Es un espiral que no tiene principio ni fin. Un proceso, un segundo, un cumulo de experiencias y a la vez no es nada. El tiempo paso, el tiempo es, el tiempo será.

Un apóstol escribe y confunde al mundo. Arma religiones. Unos utilizan sus escritos para declarar a un humano excepcional como “Unico hijo de Dios”. Otros utilizan sus profecías para manipular , causando miedo y división. Otros no quieren para nada aceptar los escritos en los cuales él se arrepiente.

Un sacerdote escribe. Unos dicen que sus escritos son místicos. Otros dicen que son poemas a Dios, otros no entienden nada de ese mensaje.

Entre los dos hay algo en común, además de ser escritores, tienen un amado. El uno deja una clave. Es “el discípulo más amado”; el otro escribe un lenguaje dual: ¿A dónde te has ido amado mío? .
El que crea que solo es una persona, el que crea que tan solo tiene una sola vida, el que crea que un tiempo eterno, el creador solo le concede una miseria de tiempo para que experimente lo que es la vida, tan solo es un “egoísta”. Vive tan solo por miedo, vive por vivir. No le encuentra sentido a la vida, busca el facilismo. No quiere aprender.  No quiere ir más allá, no quiere pasar a la dimensión física en la que el tiempo es un espiral que gira ante sus ojos , en el cual pasado, presente y futuro pasan a la vez. En la cual, al traspasar esa frontera, el ser humano sabrá que el tiempo no es nada más que un producto de lo que cada ser humano fabrica.

* Todo pasa, nada es eterno, tan solo el universo, pero los seres humanos, las situaciones, los hechos cambian y nada es estable. Aquel que ama la estabilidad, ama la mediocridad, ama el estancamiento, ama la limitación, tiene miedo al cambio.