Cada vez que habla sube el pan. El padre de Michael parece empeñado en acaparar la atención mediática (y de paso colgarse medallas absurdas aprovechando que la estrella de la familia ya no puede contestarle). ¿Su última perlita? Joe Jackson ha asegurado que pegó a su hijo con el único objetivo de que no se metiera en líos: "Así conseguí mantenerlo lejos de las pandillas. Muchos de sus vecinos acabaron en la cárcel".
Sus declaraciones autoexculpatorias suenan bastante delirantes, pero sobre todo inverosímiles. ¿Os imagináis al Rey del Pop con una pistola en la mano? ¿A quién iba a asustar con su voz dulce y aguda? ¿Habría resistido la primera escaramuza callejera? Parece claro que el apocado y pacifista Michael Jackson no tenía ninguna vocación de macarra. Seguramente la mejor prueba de que el padre miente es que no se atrevió a mencionar este asunto mientras su hijo vivía.
Para colmo, el patriarca del clan asegura que los medios de comunicación han exagerado al hablar del resentimiento que le tenía su hijo. ¿Seguro? Claro, por eso Michael decidió quitarle del testamento (aun así, el hombre recibe al mes 20.000 euros para sus gastos personales). "Yo me comporté con Michael como haría cualquier padre. La prensa le ha dado demasiada importancia a las tortas que les daba a mis hijos. No creo que el tema sea tan trascendental". Pese a la ceguera de Joe Jackson, varios psicólogos se apresuraron a comentar que el padre de la estrella pop tuvo una influencia nefasta en los traumas y complejos de Michael. ¿No parece que este hombre empieza a tener adicción a los medios aunque sea para hacer el ridículo?