Faltaban dos días para casarse, pero Julián no aguantaba más.
- Anita, ¿nos vamos a la cama?
- ¡Ni hablar! Yo quiero llegar virgen al matrimonio. Espera a pasado mañana.
- Es que voy muy quemado…
- Nada. Quiero vestir de blanco.
- Bueno, pero al menos déjame verlo…
Anita al final accede.
- De acuerdo, pero sólo mirarlo.
Se levanta las faldas. Julián lo mira detenidamente.
- Venga, Anita, echemos un revolcón…
- Ya te he dicho que no. Espera a pasado mañana.
- Bueno, pero al menos déjame olerlo.
La chica accede una vez más, pero advierte:
- De acuerdo, pero sólo olerlo.
Se vuelve a levantar las faldas. Julián lo huele profundamente. Y dice:
- Oye, Anita. ¿Tú crees que esto va a llegar a pasado mañana?