El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero busca cerrar un acuerdo histórico con el PNV para salvar el momento más apurado de la legislatura. El presidente y el líder del PNV, Iñigo Urkullu, ultiman un pacto contrarreloj que va más allá del apoyo nacionalista a los Presupuestos de 2011 y que alcanza a las medidas pendientes contra la crisis económica, según fuentes nacionalistas. Además, el Gobierno se compromete al desarrollo de 30 de los 32 traspasos pendientes para culminar el Estatuto de Gernika, con la excepción de las competencias sobre prisiones y las políticas pasivas de empleo, que romperían la caja única de la Seguridad Social.El PNV quiere que el acuerdo se firme antes de las dos de la tarde de hoy, plazo en que acaba la presentación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos. Si hay pacto, los nacionalistas no presentarán la enmienda a la totalidad. Urkullu expresó ayer su "voluntad de acuerdo" y añadió que ofrece "estabilidad" al Gobierno porque "contribuye a que la economía vasca se fortalezca a corto plazo".
El pacto crea una comisión bilateral entre el Gobierno Central y el PNV, de la que podrá formar parte el PSE, cuyo objetivo es supervisar su desarrollo y el despliegue estatutario, que se plasmará en un calendario que tendrá como plazo el final de esta legislatura. El paquete de traspasos pendientes abarca cuestiones como el crédito y banca, seguros, crédito oficial..., y se materializarán por vía traspaso o convenio, según los casos. Este bloque final de traspasos, junto con inversiones en materia de investigación, completa el acuerdo, alcanzado hace tres semanas, entre el Gobierno y el PNV sobre la transferencia al País Vasco de las políticas activas de empleo. Este acuerdo entre socialistas y peneuvistas no se extiende a la futurible política de alianzas de cara a los resultados de las elecciones municipales y forales del próximo mayo