REFLEXIONES PARA MUJERES MAYORES DE 30
La visita al Bar
Hace tiempo cuando era un tanto mas joven, salí por la noche a divertirme con el que era entónces mi novio. Después de dar varias vueltas a la ciudad buscando el lugar indicado para pasar la velada acabamos en un bar de buena categoría sí, pero que tenía fama por su clientela mayor de treinta.
Entramos pues no había opción mejor, era miercoles y todos los demás lugares estaban cerrados o vacíos. Al sentarme y empezar a inspeccionar con la mirada aquel lugar pude confirmar que el lugar se encontraba en efecto, repleto de hombres y mujeres en su mayoría mayores. Captó mi interés puesto que era la primera vez que estaba en un lugar así, los hombres y mujeres que allí se encontraban se comportaban de forma idéntica a la de mis contemporáneos en los lugares que yo acostumbraba frecuentar, sin embargo , estas personas lucían a la vez tan diferentes y es que tenían el aspecto precisamente de los papás de mis amigos.
Señores con entradas tan pronunciadas en la frente al límite de la calvicie, con tremendas barrigas en franca actitud de Casanovas; mujeres con vientres abultados y pechos caídos en pequeños tops y minifaldas que francamente las hacían lucir ridículas, todos con su respectivo grupo de amigos y amigas con similares características, tomando una botella de licor y entonando en voz alta y desafinada la canción que el organista del sitio tocaba.
Pensé ¿qué demonios pasa aquí? , ¿ es que no se dan cuenta lo ridículos que se ven? ¿ esa señora no se dará cuenta que ya no tiene edad para esa minifalda? ¿ Ese viejo no ha notado que sin un pelo en la cabeza y con tremendas patas de gallo ya no es para nada sexy? ¿a esa mujer no le dirá nada su marido por salir casi con los pechos de fuera? ¿que no les dá pena? ¿es que no han notado que ya no son jóvenes y lo mal que se ven?
Esa noche no me paré para nada, no baílé, no canté, solo me quedé ahí sentada, observando.