Una pareja de esposos estaba cenando en un restaurante, cuando observaron que entró un amigo de ambos acompañado de una desconocida.
La señora le comentó a su esposo:
- Ese que entró es Juan, pero esa no es su esposa.
- No, es una amante que él tiene – dijo el hombre calmadamente.
La mujer comenzó a criticar la aparición de su amigo, y el esposo la paró en seco diciéndole:
- No te metas en esos asuntos, deja que los otros vivan su vida.
Los esposos siguen cenando, cuando se acerca a ellos una chica guapísima que le dice al marido:
- Oye, me dejaste esperando ayer.
- Sí, se me presentó un problema, pero pasaré por tu casa hoy.
- Okay, nos vemos luego – dice la chica, dandole un beso en la mejilla y retirándose de la mesa ante el asombro de la esposa, quien le preguntó en seguida a su marido:
- Y ésa fulana, ¿quién es?
- Esa es mi amante – le aclaró el hombre.
La mujer se puso como el diablo, y comenzó a decirle improperios al marido, pidiéndole hasta el divorcio.
- No hay problema, yo te doy el divorcio. Pero recuerda que la casa, el auto y el negocio están a mi nombre. También vete olvidando de los viajes a Europa y de las tarjetas de crédito, tus spa, el terapeuta, las compras en N.Y., la casa de playa, tu BMW, el chofer y la pensión de tu mamá.
La mujer se calla y le dice al esposo:
- Nuestra amante es más bonita que la de Juan, ¿verdad?