Culpable de sentir miedo ante un alma vagabunda que sólo pide pan, culpable de ver pasar frente a mí a una criatura sin hogar y no tomarla en mis brazos para ofrecerle un refugio. Sí soy culpable de hacer caso omiso a cada sonido de angustia buscando siempre algo que distraiga mi mente y mi furia ante esta vida tan deprimente.
No deseo desahogarme con nadie y mucho menos demostrar mi debilidad tan vergonzosa, pues nadie es responsable de este sentimiento más que yo misma por no buscar solución y ser parte de la mayoría que antepone su indiferencia al dolor ajeno. Ya no deseo pensar más y ahogar cada mal pensamiento para que nazca uno nuevo con ideas positivas...
Deseo respirar profundamente y empezar de nuevo... Siempre viendo hacia delante. Pero claro, voltear a ver a mi prójimo y darle una mano para que se levante y de la misma forma alimentar mi alma... ¡Ay, mente y sentimientos débiles! ¿Por qué me pertenecieron? No haber sido lo suficientemente fuerte para no caer y sentirme rendida... Deseo frenar el tiempo por un segundo, tomar aire y levantarme.
D/R