"El optimismo ayuda, y mucho, a evitar la depresión en adolescentes", afirmaron investigadores australianos de la Universidad de Melbourne y del Royal Children Hospital de Australia luego de analizar y realizar cuestionarios a más de 5000 chicos de entre 12 y 14 años.

El estudio afirma que en comparación con los pesimistas, los adolescentes optimistas y que tienen una visión positiva de la vida serían menos propensos a desarrollar depresión.

"Con este estudio aún no es posible establecer definitivamente si la clave para evitar la depresión es ser optimista, pero sí sabemos que ayuda y mucho. Lo fundamental entonces a futuro será ver si podemos ´enseñar´ a los chicos a ser optimistas, a tener una visión mucho más positiva de su vida y del entorno, y a lidiar con los momentos negativos a los cuales nos somete a todos la vida", expuso Patton, uno de los autores.

"Creemos que la tendencia es acumular o no experiencias positivas desde los primeros años de vida. Esto quiere decir que la visión que uno tenga de la vida está relacionada con la actitud y el ejemplo de los padres", detalló el especialista en las conclusiones de la experiencia publicadas en la revista Pediatrics.

Justamente respecto al rol de los padres, la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA) señaló: "Cuando los chicos empiezan a crecer lo más importante es escucharlos para saber cuáles son sus temores, pero sobre todo para ayudarlos a que sepan cómo enfrentar situaciones. No obstante, hay que prestar mucha atención y saber pedir ayuda a tiempo en caso que las situaciones nos sobrepasen, porque a menudo los chicos acumulan hasta que finalmente ´explotan´ a través de algún cuadro entre los que se encuentra la depresión".

Los chicos que participaron de la experiencia debieron responder cuestionarios referidos a cuánto optimismo tenían. Se estableció que aquellos "muy optimistas" tendían a ver el mundo y a las otras personas como muy buenas, y creían que su futuro iba a ser brillante. Éstos a su vez fueron los menos propensos a hablar sobre síntomas depresivos durante el tiempo que duró el estudio.

"Lo más importante para nosotros fue que los adolescentes más optimistas resultaron 50 por ciento menos propensos que los del grupo con optimismo muy bajo a mencionar síntomas de depresión. Esto, nuevamente, no comprueba que el optimismo sea ineludiblemente la razón de no tener depresión, pero sí creemos que existe una marcada relación entre ambos factores", refirió el especialista quién además comentó que habían analizado si el perfil de los adolescentes más optimistas coincidía con aquellos que menos experiencias negativas (muertes de familiares, divorcios, etc.) habían atravesado en su vida.