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Efemérides
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17 de Mayo
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Muere el poeta Mario Benedetti
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Un día como el de hoy, pero del año 2009, lloraron las letras tras el fallecimiento del escritor y poeta uruguayo, Mario Benedetti, integrante de la Generación del 45. Su infancia y juventud estuvieron plagadas de dificultades económicas. A los 4 años se trasladó con su familia a la capital. Cursó la escuela primaria en el Colegio Alemán de Montevideo y pudo completar sus estudios secundarios como alumno libre. Fue empleado contable, cajero, taquígrafo y vendedor, hasta que se inició en el oficio de periodista. Ávido lector, se convirtió en un defensor acérrimo de los valores cívicos, de la libertad y la igualdad. Fundó el semanario “Marcha” y colaboró en multitud de publicaciones. Desde 1971 se integró activamente en la coalición de izquierdas “Frente Amplio”. Tras el Golpe Militar de 1973, tuvo que huir de una dictadura que se ocupó de perseguirlo en Argentina y Perú. Pasó por México, por Cuba y por España. Fueron 10 años los que vivió en el exilio, alejado de su Patria y de su esposa, quien debió permanecer en Uruguay cuidando de las madres de ambos. Figura ilustre de la cultura uruguaya fue reconocido dentro y fuera de su país. Parte de su prolífica producción literaria, constituida por poemas, relatos, novelas, ensayos, obras de teatro, guiones de cine y crónicas de humor, fue traducida a más de 20 idiomas. Benedetti mereció lauros tan preciados como el “Reina Sofía de Poesía Iberoamericana”, el “Méndez Pelayo” o el “Iberoamericano José Martí”, entre otros. Aquel 17 de Mayo del 2009, poco después de las 18:00 horas, Mario Benedetti, uno de los poetas latinoamericanos más leídos a nivel mundial, moría en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad. | |
Vivir adrede tiene tres puntos cruciales; en la primera parte, Vivir, Benedetti trata temas como el suicido, el pesimismo y el optimismo como formas de entender la vida, el paso del tiempo. Después el autor condena las guerras del imperialismo, los fanatismos políticos y religiosos, y las desgracias provocadas por el hombre. El último capítulo titulado "Cachivaches" son aforismos y juego de palabras.
Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, escritor y poeta uruguayo nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farugia, quienes lo bautizaron con cinco nombres, siguiendo sus costumbres italianas. Se busco la vida en diferentes oficios como taquígrafo, vendedor, contable, cajero, funcionario público y periodista obteniendo una visión del mundo real.
Entre 1938 a 1941 vivió en Buenos Aires, Argentina. En 1945 se integró al equipo de redacción del semanario Marcha, donde permaneció hasta 1974 fue censurado por la dictadura de Juan María Bordaberry.
En 1949 publicó "Esta mañana", su primer libro de cuentos y unos más tarde, los poemas de "Solo mientras tanto". En 1953 apareció s u primera novela, "Quien de nosotros", después le siguieron el volumen de cuentos, "Montevideanos", publicado en 1959 y en 1960 emergió "La Tegua" fue llevada al teatro y cine. También ha escrito, "Gracias por el fuego", el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible, los cuentos de "Con y sin nostalgia" y los poemas de "Viento del exilio", "Primavera con una esquina rota", "La borra del café", "Perplejidades de fin de siglo", "El olvido está lleno de memoria" y "El amor, las mujeres y la vida". Su obra poética completa ha sido recogida en "Inventario Uno" 1950-1985, y "Inventario Dos" 1986-1981, y sus Cuentos Completos 1994. En 1994 publica su novela "Andamios". En 2003 edita el libro de relatos "El porvenir de mi pasad"
Mario Benedetti residía entre Uruguay y España, Después del fallecimiento de su esposa Luz López, el 13 de abril de 2006, víctima de la enfermedad de Alzheimer, Benedetti se trasladó definitivamente a su residencia en Montevideo, Uruguay. Con motivo de su traslado, Benedetti donó parte de su biblioteca personal de Madrid, al Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti de la Universidad de Alicante
Mario Benedetti dice sobre EL MIEDO:
No se juega con el miedo porque el miedo puede ser un arma de defensa propia, una forma inocente o culpable de coraje. El miedo nos abre los ojos y nos cierra los puños y nos mete en el riesgo desaprensivamente. Andamos por el mundo con el miedo a cuestas como si fuera un pudor obligatorio o en su defecto una variante del fracaso. Tal vez sea el mandamiento o quizás el mandamiento de alguna desconocida ley, de un dios cualquiera. Por las dudas, una fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa: "Espera lo mejor y prepárate para lo peor"
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