No hay instrumento para
medir la felicidad.
Pero, sabemos cuando
estamos felices.
Hay un brillo en los ojos,
una sonrisa en la boca.
El cuerpo muestra que el
espíritu obtuvo victoria en la
conquista de la negatividad.
La felicidad más elevada,
sin embargo,
es cuando permitimos
que la felicidad
surja desde adentro.
Es una cualidad original
del ser humano y,
en tal caso,
diremos que
SOMOS felices.
Siempre.
Bendiciones!!!