Vaya
uno a saber...
Pero
el hombre que en pleno acto pregunta:
¿Dónde
aprendiste?...
¿Quién
te enseñó?...
¿Por
qué tan enteradita?...
¿Cuántos
componen tu lista?...
¡Mata
todo! El pasado, es pasado.
Nada
de indagar sobre el cómo se aprendió.
6. Ojo con las manos:
Acaricien,
no amasen.
No
sean tan rápidos con las manos.
No
sean tan genitalitas.
Utilícenlas
para una caricia en el cuello,
en
la mejilla, en el pelo, en los pies.
Y
cuando lleguen a la intimidad, ya saben:
No
se trata de amasar.