Asomaba a sus ojos una lágrima y... mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó un llanto, y la frase en mi labio expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo
amor, yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?. Y ella dirá: ¿Por qué no
lloré yo?. Es cuestión de palabras, y, no obstante, ni tu ni yo jamás,
después de lo pasado convendremos en quién la culpa está ¡Lástima
que el amor un diccionario no tenga donde hallar cuando el orgullo es
simplemente orgullo y cuando es dignidad!
Gustavo A. Bécquer
Bendiciones!!!
Alex & Odris
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