Me cautivó la belleza de tus flores
que
en su rosado color
y adornadas con el verde de sus hojas
resaltan la grandiosidad de la naturaleza.
Solo mirarlas quise.
no me atrví a tocarlas.
No quise profanar con mis manos su
sonrisa
que, cautivaba.
Su coqueteria
que,
invitaba a poseerlas.
Su hermosura
que, conducia
al silencio y a la meditación.
Soplaba un fuerte viento
y una pequeña flor
arrancada de su almendro
lloraba.