Hay
esperas que se vuelven interminables,
los minutos se
convierten en horas,
días y a veces incluso
semanas…
Hay hombres
que sólo te buscan cuando te necesitan,
cuando creen que no hay
nada mejor.
Hombres a los que les
gustas pero no interesas.
Se aprovechan de ti, de
tu inocencia y
de que no te sepas
hacer respetar.
“Han pasado 2 horas,
pero aún
no me llama”.
Puede que el tiempo que
lleves esperando que te llame sea otro,
mayor o menor, pero
esta frase es común en muchas de nosotras.
De un momento a otro,
se vuelve constante,
más frecuente y más
interminable el tiempo de espera.
Los minutos pasan a ser
horas,
las horas a días y luego…
Y en eso se convierte,
en un ser que nos tortura,
que no fue
consecuente con lo que nos dijo,
con lo que nos
prometió, con la imagen que nos creó.
Pero,
¿por qué seguimos aún con él?
¿Por qué nos duele en el alma
dejarlo?
Sé que los sentimientos
están de por medio,
que el amor que le
profesamos debe cultivarse, mantenerse,
regarse y multiplicarse
aplicando
todas las técnicas
afectivas conocidas,
pero, ¿a qué precio?
Se justifica que pasen
días sin saber de ti,
que estén al pendiente
cuando algo les interese,
que te llamen sólo para
verte en unos cuantos minutos de sexo.
¿O que seas tú quien lo persiga?
Yo no lo
creo.
El amor es de
dos
dos son
los que sienten,
dos los
que se buscan,
dos los
que se encuentran,
dos los
que se besan,
dos que
se aman mutuamente.
Ese hombe
inconstante en tu vida tiene una razón
(y no
necesariamente es otra) Ya no se sabe.
Pero desinterés, eso sí
es.
Único y puro desinterés
en ti.
No lo dudes
más.
Esa dejadez al
buscarte, ese fastidio al hablar contigo,
esa constante
repercusión de esperar por su llamada…
Amiga, eso
es desinterés.
Podrás tener el titulo
que él te ponga,
podrás ser “novia”,
“amante” o “amiga”,
pero para él apenas
existes, no formas parte de su vida,
no juegas en su equipo,
no participas de su mundo.
Darte cuenta de ello y
dejar que caiga el
manto de la realidad duele,
y no sabemos qué hacer
con él,
pero hay que afrontar
la realidad.
Lo amamos, es la razón
de nuestra sonrisa en la mañana,
la imagen de nuestro
futuro más sensible,
lo ideal,
lo imaginado,
lo
creado.
Pero ese amor no es
correspondido, esa sonrisa,
al atardecer se
convirtió en angustia,
ese futuro empezó a
verse gris y dejamos
de crear arcoíris para
el paisaje de nuestra vejez.
¿Es que se nos olvidó
que también
nos amábamos a nosotras
mismas?
Se nos pasó por alto,
buscando su estima.
Pero
tenemos siempre quien nos lo recuerde:
Para conseguir amor, debemos
darlo;
pero a nosotras mismas
primero.
Para valorar, hay que valorarse.
¿Quién mejor que
nosotras mismas
para saber
lo mujer que día a día somos?
¿Lo grandiosas, lo
oportunas, lo divinas y extraordinarias?
Ahí estamos, en el
espejo al levantarnos.
¡Amada por mí misma!
Así que: abandónalo
amiga.
Es lo único que se debe
hacer.
Así como al hacer
limpieza desechas
un trasto viejo de la
casa,
cuando terminas el
chocolate y sólo queda el envoltorio.
Arrójalo a la basura.
¡Arrójalo de tu vida!
¿Qué necesidad tenemos
de conservar algo
que no sólo no es
útil,
sino que tiende a
dañarnos?
Abandónalo amiga.
Camina tu rumbo sin
pesos muertos,
sin dolor en el
amanecer de tu alma.
Se feliz únicamente por
ti.
Abandona el hábito de sufrir esperando por él,
abandona
las llamadas no respondidas,
abandona el látigo de
su indiferencia.
Dile adios a todo lo
que implica que te lastimes…
abandona lo
que él representa.
Abandónalo a
él.
Y cree ciegamente que
el verdadero amor si llegará.
Abandónalo a él, pero
no abandones amar.
© Autor:
@capricholunar.
Bendiciones!!!
Alex & Odris