En el deseo fugaz de la noche, me abrazo al cuerpo de tu olvido; el fuego amenaza con quemar, los pocos recuerdos de tu amor... y entre mis sábanas frías aun duerme la esperanza de tu regreso, tu almohada a mi lado yace intacta y perfumada para ti... se añeja con las noches oscuras, así como se añeja la pasión, vivaz y furtiva, tan poco encendida; desolada, presa en cada noche por el deseo de tus besos... entre las caricias tan frías como el doloroso adiós... la mirada se pierde entre la luna y mi corazón se esconde en alguna estrella lejana... son los deseos desesperados que se me anidan en el alma, el deseo de una palabra dulce que esclarezca mi oscuridad, el deseo de una voz entrecortada por la agitación de un amor... son deseos que duermen en la tempestad de cada noche, abrazados y aferrados al recuerdo empolvado del amor... muero por el deseo de algún verso que nazca, de tu corazón, lleno de aliento... ¡Ay amor... son mis deseos tan vanos!.