En la vida todos caminamos por una escalera invisible, cuando somos niñas nos nos damos cuenta de ello pues vamos de la mano de nuestros padres; nada nos asusta, sabemos dejarnos guiar, y nos llevan hasta el punto en el que ellos consideran que estamos preparadas para continuar subiendo por nuestra cuenta en la escalera de la vida.
De ahí en adelante, somos nosotras quienes debemos subir los peldaños por nuestra cuenta, al menos si queremos llegar a algo en la vida.
Una vez somos adultos nos encontramos con ese amor, ese que siempre se sueña, con el cual se espera pasar el resto de nuestras vidas; todo marcha muy bien, ambos caminamos por un mismo camino, y lo más importante, que vamos tomados de la mano. Todo nos parece perfecto, estamos por el mismo escalón de la vida, pensamos lo mismo, nos gusta las mismas cosas, pero de pronto tu mente se abre hacia otros mundos, necesitas seguir subiendo por la escalera de la vida.
Tú, como toda persona, tienes ganas de salir adelante, subes un peldaño de esa escalera pero con tristeza ves que aquella persona que amas se ha quedado abajo, y tu mano lo trata de subir con amor, pues le quieres a tu lado. Luego la vida te llena de conocimiento, y quieres lograr éxitos y alcanzar aquellos sueños que te hacen subir más arriba. Aún tienes en tu manos a tu amor, pero cada vez te cuesta más el tratar de subirlo contigo, sientes que te faltan fuerzas para que siga a tu lado, mas a pesar de tu esfuerzos, cada vez cuesta más tomarlo la mano para que suba.