Sueños llevo en el núcleo de la mente que se amotinan exigiendo vida; no soportan quedarse en tal guarida, su grito cada vez más exigente.
Saben que hay un festín, que es suficiente tener hambre, y buscarse la salida, que el hambriento a sí mismo se convida, esté o no esté el anfitrión presente.
Mis estériles sueños, ya feraces por su adquirida libertad, audaces cruzan los aires en excelso vuelo.
Y soy mejor porque ellos han partido. No me han dejado, no; sólo han cumplido su misión de elevarse por mi cielo.
Navidad significa nacimiento, y el símbolo de la Navidad es una estrella, una luz en la obscuridad que sirvió de guía para encontrar al salvador. No veamos más esta estrella fuera de nosotros, sino brillando en nuestro cielo interno y aceptémosla como símbolo de que ha llegado el tiempo del Cristo; el tiempo de reconocer nuestra verdadera identidad