Sabor y color en nuestras vidas
Este artículo no pretende ser una apología del consumo de bebida alcohólica.
Para nada. Pero convengamos que,
más allá de nuestros gustos y costumbres,
una mesa de calidad tiene buenos vinos, no buenas aguas.
Es interesante notar que el agua tiene tres características que la definen.
Es incolora, inodora e insípida. No tiene sabor.
Paralelamente, el vino tiene tres características esenciales por las cuales se comprueba su calidad.
Su color, su aroma y su sabor. Quienes son expertos en el tema,
al observar su color,
percibir su aroma o probar su sabor pueden llegar a escribir un poema acerca de un vino.
Tal vez la realidad particular que estamos viviendo haya hecho que nuestras vidas pierdan color.
Todo parece tornarse gris cuando nos abruman las desilusiones,
que experimentamos en nuestras vivencias cotidianas.
En muchos matrimonios sentimos que un volcán que entró en erupción hace un tiempo,
nos ha cubierto de una lluvia de cenizas. La rutina también nos dice que no hay más sabor,
y la pasión al desvanecerse,
hace que todo pierda fragancia.
Cuando el sinsabor íntimo se agiganta se propaga en todas nuestras relaciones y actividades.
Padres e hijos sufrimos dolorosamente la pérdida de los afectos naturales.
No sabemos exactamente si la rebeldía produce distancia, o estamos distanciados por causa de la rebeldía.
Sea como sea,
la fiesta pareciera estar llegando a su fin y en muchos hogares hace tiempo que se ha terminado el vino,
bebemos agua.
También el trabajo y el estudio pierden el sabor de la aventura,
y cuando nos quedamos sin vino en el ámbito de las amistades,
con amigos que parecieran no entendernos, caemos en el fenómeno peligroso de comenzar a disfrutar de la soledad. Vidas insípidas.
Señores: sin importar cuáles sean nuestros gustos,
nadie va a una fiesta con la expectativa de tomar agua.
Cualquiera haría sentir su disgusto con una entendible reprobación.
¿Por qué entonces nos resignamos en la vida?
¿Por qué hay que aceptar que el amor se termina,
o que la pasión dura lo poco que les dura a los famosos?
Tal vez miramos para atrás añorando lo que fue y sabedores de que no podemos vivir del pasado,
nos hacemos la ya clásica pregunta cordobesa en el corazón: ¿quién... se ha tomado todo el vino...?
Necesitamos recuperar el color y el sabor en nuestras vidas.