SE TE MANDA SERVIR A DIOS
Jesús fue inerrable:"Tu actitud debe ser igual a la mía,
porque yo, el Mesías, no vine a ser servido
sino a servir y a dar mi vida" Mateo 20:28. Para los cristianos,
el servicio no es opcional, sino algo que debe estar arraigado en
nuestros horarios si escatimamos el tiempo. Es el corazón de la vida cristiana.
Jesús vino "a servir" y "a dar", y esos dos verbos también
pueden definir tu vida en la tierra. Servir y dar, en resumen,
son otro propósito de Dios para tu vida. La Madre Teresa dijo una vez:
"Vivir en santidad es hacer la obra de Dios con una sonrisa".
Jesús enseñó que la madurez espiritual
nunca es un fin en sí mismo. ¡La madurez es para ministrar!
Maduramos para dar. No es suficiente seguir aprendiendo más y más.
Debemos poner en acción lo que conocemos y poner en práctica
lo que proclamamos creer. Impresión sin expresión causa depresión.
El estudio sin servicio conlleva a un estancamiento espiritual.
La antigua comparación entre el mar de Galilea y el Mar Muerto aún es cierta.
Galilea es un lago lleno de vida que
recibe agua pero también da.
En contraste, nada vive en el Mar Muerto,
porque no tiene salida de agua, está estancado.
Lo último que muchos creyentes
necesitan es otro estudio bíblico más. Ya saben más de lo que
ponen en práctica.
Lo que necesitan son experiencias sirviendo en lo que
puedan ejercitar sus músculos espirituales.
El servicio es lo opuesto a nuestra
inclinación natural.
La mayoría del tiempo nos interesamos
más en que "nos sirvan" que servir. Decimos: "Estoy buscando una iglesia
que supla mis necesidades y me sea de bendición", en vez de decir:
"busco un lugar para servir y ser de bendición".
Esperamos que otros nos sirvan, no al contrario. Pero en cuanto maduramos en Cristo,
el foco de nuestras vidas debe cambiar cada vez más para vivir sirviendo.
El seguidor maduro de Jesús se para y pregunta:
"¿Quién va a suplir mis necesidades?" y vuelve a preguntar:
"¿Qué necesidades puedo satisfacer?". ¿Te has hecho esa pregunta?
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