Amiga, amiga mi buena amante... tan frágil como una rosa... y fuerte como un diamante... tan alta sin ser esquiva... y amiga aún siendo tan mía...
Amiga... que miras y sin preguntas descubres lo que se oculta en mi mirada perdida... hasta que encuentra la tuya...
Amiga, porque revives y mueres en mi voluntad que estriba entre tu boca y tus manos, entre mi fe y mis caídas...
Amiga que sabes todo... y aún así vienes mía... esclava de mis antojos y dueña de mi poesía...
Amiga... infinita como un recuerdo, presente como la brisa... en todo momento, a cada instante, eternamente la misma... incansablemente impredecible y hasta el fin del mundo: amiga.
¿Cómo decir en palabras aquello que entre TE AMO me ha regalado la vida?