Esta negrura opaca que me oprime Se pega a mis intenciones, Es el principio y anuncio del delirio, Es la extenuación sin descanso.
La niebla más caliente y más diurna Se concentra en el centro de mis deseos Y mis propósitos reptan moribundos Hacia el agujero de los entes sin sentido.
Deambulo ciega y agarrotada Por lodazales improvisados de rutina entre miasmas de sangre caliente Que me intoxican en la incertidumbre.
No puedo desfallecer ni detenerme, no hay tregua en la existencia, no puedo asir en la mano mi cerebro y rellenar la cabeza con flores.
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