DIOS TIENE UN PROPÓSITO
DETRÁS DE CADA PROBLEMA Dios se vale de las circunstancias
para desarrollar nuestro carácter.
En efecto, Él depende más de las circunstancias para hacernos más
como Jesús que de nuestra
lectura de la Biblia.
La razón es obvia:
Enfrentas circunstancias
veinticuatro horas al día. Jesús nos advirtió que tendríamos problemas en el mundo
(Juan 16:33).
Nadie es inmune al dolor,
nadie puede evitar el sufrimiento y nadie consigue deslizarse
a través de la vida sin problemas.
La vida es una serie de conflictos.
Cada vez que logramos solucionar uno, hay otro esperando para ocupar su lugar. No todos son grandes, pero todos son significativos
en el proceso de crecimiento
de Dios para ti.
Pedro nos asegura que los problemas
son normales:
"Queridos hermanos en Cristo,
no se sorprendan de tener que afrontar problemas que ponen a prueba su confianza en Dios.
Eso no es nada extraño"
1 Pedro 4:12. Dios usa los problemas
para acercarte
a Él.
La Biblia dice:
"El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado;
libra a los que tienen el espíritu aplastado"
Salmos 34:18.
Tus experiencias de adoración más profundas probablemente ocurran en tus días más oscuros, cuando tu corazón esté destrozado, cuando te sientas abandonado, cuando ya no tengas opciones, cuando el dolor sea enorme:
y sólo te quede recurrir a Dios.
Durante el sufrimiento aprendemos a pronunciar nuestras oraciones más auténticas, más sentidas y más sinceras con Dios.
Cuando estamos sufriendo,
no tenemos energía para oraciones superfluas. Joni Eareckson Tada escribió:
"Cuando la vida es color rosa, podemos deslizarnos por ella sabiendo de Jesús, imitándolo, citándolo y hablando de Él.
Pero sólo durante el sufrimiento lo conocemos".
En los momentos de sufrimiento aprendemos cosas acerca de Dios que no podríamos de otra manera. Dios pudo haber evitado que José
fuera a la cárcel
(Génesis 39:20-22),
que a Daniel lo pusieran
en el foso de los leones
(Daniel 6:16-23),
que a Jeremías lo echaran
en la mazmorra
(Jeremías 38:6),
que Pablo naufragara tres veces (2Corintios 11:25),
y que los tres jóvenes hebreos fueran echados en el horno de fuego
(Daniel 3:1-26); pero no lo hizo.
Dios permitió que esos problemas sucedieran y, como resultado,
esas circunstancias acercaron
a cada uno de ellos a Dios. Los problemas nos obligan a mirar a Dios y a depender de Él más que de nosotros mismos.
Pablo testificó de este beneficio:
"Nos pareció que estábamos ya sentenciados a muerte y vimos lo inútiles que éramos para escapar;
pero eso fue lo bueno,
porque entonces lo dejamos todo
en las manos del único que podía salvarnos:
Dios" 2Corintios 1:9.
Nunca sabrás que Dios es todo lo que necesitas hasta que Él sea todo lo que tengas.
Sin considerar la causa,
ninguno de tus problemas
podrían suceder si Dios no lo permite.
Todo lo que le pase a un hijo de Dios es filtrado por el Padre, y Dios piensa usarlo para bien,
aun cuando la intención de Satanás y otros sea para el mal.
Porque Dios es el soberano
que todo lo controla,
los accidentes son sólo "incidentes" en el buen plan que tiene para ti.
Como todos los días de tu vida se escribieron en el calendario de Dios desde antes de que nacieras (Salmos 139:16),
todo lo que te pasa
tiene significado espiritual. ¡Todo!
Romanos 8:28-29 explica por qué: "Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien
de quienes lo aman,
los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo".
(A./D.)
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