que recurrí al diccionario para ver qué significaba. Crisis: «Una crisis es un cambio brusco o una modificación imprevista en
el desarrollo de algún suceso.
Dichas alteraciones pueden
ser físicas o simbólicas.
Crisis también es una situación
complicada o de escasez»
¿A qué le llamamos crisis? Aplicamos esta palabra
a muchas situaciones:
cuando algo anda mal en política,
en economía, en la familia,
en el matrimonio…
También hablamos de crisis
en asuntos relacionados
con la enfermedad, ansiedad, etc.
Como vemos,
hay muchos tipos de crisis,
pero por nuestra reacción,
podría parecer que la única crisis
que existe es cuando nuestro
dinero se ve afectado.
No hace mucho tiempo,
varios países del mundo
han sufrido una crisis económica
que no se había experimentado
durante varias generaciones.
No obstante, nosotros, en Argentina,
convivimos con ella como si fuera nuestra eterna compañera.
En el año 2001,
el gobierno de turno se quedó
con todos los ahorros que
los argentinos tenían en los bancos.
La gente salió a la calle y en pocas horas,
el presidente de la nación tuvo que renunciar,
fue tal el impacto de la crisis que muchas personas murieron y otras incapaces de superar la situación, terminaron suicidándose.
Pero si me permiten,
les diré que hoy tenemos crisis
mucho más graves que la económica:
crisis de valores, de moral, de ética,
de inseguridad, de pánico.
Cada día vemos a ladrones
que con toda impunidad matan
para robar un celular o unas pocas monedas.
Cada año, cientos de policías
son asesinados y todos los días
vemos en los periódicos y en la televisión, hechos delictivos y criminales.
Miles de familias están sufriendo
las consecuencias de la inseguridad.
¿Dónde se origina la crisis? Nos han hecho creer que la crisis,
está en la economía,
en el sistema bancario, o en los gobiernos. La crisis no está en un sector,
ni la genera él.
La crisis está en el ser humano, en la sociedad. Si no, miremos los grandes sucesos
acontecidos en los últimos años: • El holocausto nazi.
Las bombas atómicas lanzadas sobre Japón. • Los 46 millones de abortos por año.
Es como si en un año desapareciéramos todos los habitantes de este país y esto según datos oficiales. • Países enteros controlados por
el narcotráfico o el terrorismo. • Más de la mitad de la población
del mundo sobrevive con uno o dos dólares diarios. • El cambio climático,
trayendo devastaciones por todo el planeta. • La trata de personas,
el tráfico de órganos, las violaciones,
los miles de adultos y niños
que mueren de hambre, por día. Hace poco tiempo se escuchó que una banda en Perú, mataba a las personas, para sacarles la grasa.
Ésta era vendida a importantes
compañías farmacéuticas
a razón de 15.000 dólares el kilo. Hace pocos días una mujer embarazada
fue secuestrada, le practicaron
una cesárea para robarle a su niño.
Si todo esto no te demuestra
que el ser humano está en crisis, ya me dirás… Y estos datos son solamente
acontecimientos, sucesos.
Esto no es la crisis en realidad.
Esto es tan solo algunas
de las consecuencias y evidencias
de que el ser humano vive inmerso en una terrible, destructiva y progresiva crisis. ¿Qué podemos hacer entonces? • Tratar de cambiar el sistema.¡ Imposible! • Protestar… Millones lo han hecho
y pocas veces han logrado ser escuchados. • Muchos líderes mundiales se reúnen
para dar soluciones.
Firman tratados de todo tipo,
pero luego no los cumplen y todo sigue igual. ¿Dónde está la solución? • Creo personalmente que
la solución está en cada uno de nosotros.
No podemos dar lo que no tenemos. • No puedo dar sanidad, si estoy enfermo. • Si en mí hay un virus, infectaré todo lo que toque y lo que tengo a mi alrededor. • Si no puedo ver, no puedo ser guía de ciegos. • Cómo puedo ser un buen padre
y pretender que mi hijo
sea una buena persona,
si en mi corazón hay odio,
resentimiento, amargura, egoísmo,
codicia y tantas cosas negativas. Quiero decirte que la única
solución está en dejar que
Dios transforme nuestra vida y
como consecuencia cambie
nuestra manera de pensar y de actuar. Todos nosotros sufrimos