En Mi Jardín
Sobre el césped los árboles me hablan del divino poema del silencio. La noche me sorprende sin sonrisas, revolviendo en mi alma los recuerdos. ***
¡Viento! ¡oye! ¡espera! ¡no te vayas! ¿De parte de quién es? ¿Quién dijo eso? Besos que yo esperé, tú me has dejado en el ala dorada de mi pelo.
¡No te vayas! ¡alegra más mis flores! Y sé, tú, viento amigo mensajero; contéstale diciendo que me viste, con el libro de siempre entre los dedos.
Al marcharte, enciende las estrellas, se han llevado la luz, y apenas veo, y sé, viento, enfermo de mi alma; y llévale esta «cita» en raudo vuelo.
...Y el viento me acaricia dulcemente, y se marcha insensible a mi deseo...
Autoria desconozco
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