Por el olor ovoide Una clara llama En el fondo del reflejo Atrapado en el tiempo ¡Sin espejo, en la punta inmensa!
¡Algo aovado en blanco!
Sólo el hecho ha quedado deshecho En la tormenta derramado En la majestad estéril innata En la noche incurable sable Sólo ignoradas cortinas de piedra
Hay algo en el fondo
Al seno sagrado saboreando Una garra qué hiere los sellos Lánguidos sombreros a disgusto Resbalando besos de mirada fija Ramilletes benditos y sollozos azules
Hay algo todavía
Con los exilios qué deshojan los lirios Y los cabellos de madera imitan caballos Al pié nodriza del viejo siglo Una fuente turba los despojos ¡Mientras la esencia prueba un relámpago!
Hay algo a pesar de todo
Buscando el tedio de memorias congelado Antes impasibles aguas vanas ¡Nativo paraíso de virtud monótona! ¡Dónde fulguran las frondas qué mecen! Las yertas fantasías de las ninfas
Hay algo no obstante
El preludio dócil suavemente mordido ¡Quizá hurtando a las sombras la cintura! Y desatando granadas cenizas Al sucumbir el silencio transformado En la sangre del granito un largo bostezo
Hay algo antes bien
Lámparas anclas de ciega esperanza Mástiles jóvenes del triste jardín Inmortal solitario lleno el torrente Arrastrados metales videntes ¡Ropajes indolentes de viejos leones!
¡¡ Hay, hay algo...Ahí!
Atrapado en el tiempo Cosecha, sin lágrima, abstraída En los homónimos violines ¡Racimos de sueños y sirenas! En las manos mensajeras de la ceniza...