LOS OBSTACULOS Por: Zig
Ziglar
Gerhawrd Gschwandtner, director de
Personal Selling Power, recuerda que un gran filósofo comentó una vez que el
único obstáculo que tiene el águila para volar con mucha mayor velocidad y más
fácilmente, es el aire; pero si suprimiera el aire caería instantáneamente a
tierra, sin poder volar en absoluto.
El mismo elemento que ofrece una gran
resistencia al vuelo es a la vez, su condición
indispensable.
El principal obstáculo que tiene que
superar un bote de motor, es la resistencia del agua a la revolución de la
hélice del motor; pero si no fuera por esa resistencia, el bote no se movería de
su lugar.
Esa misma ley, también tiene una
aplicación en la vida humana del hombre; los obstáculos son indispensables para
lograr el éxito.
Una vida libre de todos los
obstáculos y dificultades reduciría en su mínima expresión todas las
posibilidades y potencias a cero.
Los obstáculos nos despiertan de esa
letanía, y nos llevan a nuestras grandes habilidades
humanas.
El esfuerzo nos comunica nuevo poder,
de suerte tal que de las dificultades nace de las cenizas una nueva
fuerza.
De un obstáculo derivamos una gran
fortaleza; de la desilusión, crecimiento, de la privación ,
deseo.
Para poder dar una información
positiva y real a nuestros hijos, tenemos que comprender a cabalidad que hay
algunas cosas importantes que no podemos hacer por
ellos.
Aún cuando tratemos de verdad de
protegerlos del mal que vive alrededor, no nos es dado sustraerlos a las
influencias negativas y nefastas del mundo en que vivimos como seres
humanos.
No podemos aislarlos totalmente. No
podemos sentir por ellos el dolor cuando se dislocan un tobillo, un pie, se
fracturan un hueso, se cortan una mano, sufren por una enfermedad ó cualquiera
otra de las mil cosas que le pueden ocurrir a un
muchacho.
Tampoco, nos podemos sentar a hacer
por ellos el examen en la escuela, ni hacer su solicitud de empleo cuando están
en edad madura de salir a trabajar.
En vez de ser esto una circunstancia
infortunada, es maravilloso que así sea, porque es la única forma de que ellos
aprendan de la vida cotidiana.
En verdad, si pudiéramos experimentar
los dolores de nuestros hijos, lo más probable es que los asumiríamos con
demasiada frecuencia a medida que ellos fueran
creciendo.
Pero, entonces ellos no se
desarrollarían a plenitud y seguirían siendo eternamente niños, y no crecerían
jamás.
Cuando nuestros hijos encuentren
dificultades y pesares, lo que tenemos que hacer es hacerles saber que
comprendemos, claramente que allí estamos, que los amamos de verdad, y que los
apoyamos.
En tales situaciones, necesitamos de
verdad entender claramente la gran importancia de la
empatía.
Los padres, que sólo sienten simpatía
criarán por lo general hijos consentidos por tratar de hacerlo todo por ellos, y
lo que es mucho peor, les darán gusto en cuanto se les antoje
comprar.
La simpatía, en sí misma implica de
verdad que uno siente de verdad lo mismo que la otra
persona.
La empatía, significa por el
contrario que uno comprende a cabalidad cómo siente el otro, pero no siente
igual; y porque no siente igual, puede distanciarse del problema en mención y a
la vez proponer una solución objetiva y clara.
Ese es el papel clásico que le
corresponde como padre de familia en formación positiva de sus
hijos.
Es preciso que los padres aprendan a
ver los problemas reales, los obstáculos y los problemas desde cierta distancia,
para entonces poder ofrecer de verdad a sus hijos las soluciones adecuadas a la
dificultad.- D/A
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