Hoy me he preguntado porque escribo
y he llegado a la conclusión
que aunque quiera ser esquiva
se me escapa la pasión
en cada frase que digo.
¿Porque expongo mi sentimiento
al juicio del lector curioso?
¿Por qué contra mar y viento
antepongo el corazón aunque sea pernicioso?
Por eso mi poema es lamento.
Me dicen que escribo amargo,
que parezco apenada
y las palabras embriago
con mi canto desolado
cual hoja de tusilago.
Pero ¿cómo quieren que escriba
quien tiene el corazón roto?
No encuentro contraofensiva,
ni destaco mi lamento
por eso mi poesía suena un tanto depresiva.
Si hay a quien le guste, me satisface,
y a quien no, que no la lea
que yo seguiré tenaz,
aunque padezca de dolor
con mi escribir veraz.