Cuando asoma el Sol en la mañana,
Me levanto y no sé si mirarte a la cara,
O decirte que te quiero,
Pero sin que nada cambiara.
Que extraño este lugar,
Donde todo pasa o nada,
Donde se juega a ganar,
O a deshacer la jugada.
Que la vida lo prepara,
Y el tiempo lo arreglara,
Pero sin tener el espacio abierto,
Entre dos telas de arañas.
No te tardes mi señor,
Que sin tu amor no soy nada,
Corro y corro a tu encuentro,
Sin percatarme de nada,
Que tu brazo lleva a otra,
En esta mañana temprana.
Maldito sea ese amor,
Que nació de telaraña,
¡Me enredaste, y lo se,
Y yo como furtiva asomé,
A los brazos del querer,
En esa horrible mañana.
Autora La diosa Canela 7507