ORACIÓN Señor: que yo nunca rece para ser preservado de los pel sino para alzarme ante ellos y mirarlos cara a cara. Que no pida la extinción de mi dolor, sino el coraje que me falta para sobreponerme a él. Que no confíe en aliados en la guerra de la vida sobre el campo de batalla del alma: que sólo espere de mí. Que no implore, espantado mi salvación, que tenga la fe necesaria para conquistarla. Dame no ser ingrato: pues a tu misericordia debo mis triunfos. Y si sucumbo, acude a mí con tu brazo fuerte. ¡Y dame la paz, y dame la guerra!
TAGORE
creaciones consuelo
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