Sin encender la luz me encuentro andando a tientas, protegiendo con mis manos los golpes de los muebles, sorteando los obstáculos del cuarto, a pequeños pasos...
Puedo dar la luz, pero prefiero estar a oscuras, enfrentándome a los miedos de niña de ser comida por monstruos que la mente hace más fuertes que el alma...
Todo está tan negro que no puedo ver el sol entre las rendijas de la consciencia que no despierta...
Una vez más sola frente a los miedos...
Una vez más a tientas con la vida… |