Un momento se divide en sueños, caricias, pensamientos. Un amor en silencio, ternura, y olvido. La distancia deja su huella marchita, recuerdos deja suspiros, nos envuelve en tristeza. De repente encontramos un motivo para vivir. Para sonreír, dudamos pero agradecemos. Nos levantamos como un Fénix surgiendo de las cenizas, sin temer por el siguiente paso.
Mirando atrás con orgullo, dolor y pena. Alentados por la muerte que sabe dulce, y que nos invita a que la sigamos... ¡Decimos no! Ya no puede herirnos, ya amamos, gozamos, luchamos... Porque somos libres otra vez.