LA LUNA Y EL AMANTE
Tras los velos del ocaso y vestida de agua, yace la luna sentada en el aíre solemne y grácil, el cielo se abre cual flor y la gloria apoyada sobre sus anchos balcones pregona la paz del momento. Revestidas de amor desfilan las estrellas presintiendo su sed de ternura, y el mar alzando sus brillos como ave de luz suspendida en lo alto, la acuna en sus brazos esperando inquieto su caricia, abrazados y en duermevela se acurrucan sobre el alba, que reafirmando el infinito instante bendice el dulce idilio de la luna y el amante.
A.D
SALUDOS DE TU AMIGA
|