Hiciste cientos rosas en mi lengua con esos deliciosos labios de quinceañera criando un jardín de flores tropicales cuya lluvia moja a diario cual primavera siendo esta luz que me regó tu boca el mayor sueño anhelado por cualquiera demostrando el sabor sigue intacto y así el gusto a fuego nuevamente ardiera porque enseñaste al sentir tu vida un beso fue capaz para amar de primera.