RECORDANDO A ESE AMIGO
Llegaste cuando la pena brotaba con dolores, por aquella herida punzante, clavada en mi ser, las orquídeas ya no desprendían sus olores, y los horizontes se veían oscurecer.
No te marchaste y mi llanto supiste mitigar, confrontando los sentimientos tú bien me enseñaste que acompañados llevamos las lágrimas al mar con el valor de superar todo lo que lloraste.
Yo ya no recuerdo a que hora te perdí del camino, sólo conservo lo mejor de tu presencia fiel, voy esperando por si alguna vez nuestro destino, puede intentar unirnos en algún amanecer.
Al recordarte amigo, un suspiro sale de mi alma, el tiempo bello aquél de tus cafés se terminó, pero en mis memorias yo guardaré como una llama, tu paso amigo que la distancia me regaló.
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