Estoy al borde del abismo, mis dedos resbalan, pero me salva un brazo amigo.
En momentos agobiantes, en los que te bloqueas, un buen amigo te dice: Tira hacia delante.
Si el futuro, amigo, te abruma, sin duda te digo, te daré mi ayuda.
Si las masas te acorralan, agarra mi mano, vayamos a casa.
Si tienes el corazón roto, tranquilo, respira, y sigue este consejo, un clavo saca otro.
Si algún problema amigo, te mitiga, te molesta, habrá una mano amiga.
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