Quedaron los anillos de arco iris el vestido resplandeciente de luna, el perfecto ramo de luces, al pie del altar de la indecisión.
Invitaste amarnos sin calendarios sin lugar, sin fronteras, para luego cortar las flores en pleno invierno trenzando la enredadera de tus palabras en murallas de aire donde no podrán trepar.
¿Sabes la luz de ayeres, hoy y mañana que junte en mi mirada? no cierres tus ojos quiero ver la luz en ellos ¿o es simplemente mi reflejo?
¿Sabes la tibieza de cuantos soles acumule en mis labios? No guardes tus besos... si estamos atados por hálitos de vida.
Una plegaria de palabras prestadas, una ceremonia sin gente, vacía, una mano abriéndose en la nada soltando otra mano fría.
Un eco lejano -no sueltes mis dedos una vez que tu mano encerró la mía.
Un remolino de nieve se llevo el hoy, dejo una iglesia solitaria, glacial, la duda, la indecisión, planto un témpano en nuestras vidas. |