Muchas veces el corazón nos indica que no debemos
ilusionarnos, pero casi nunca le obedecemos y nos adentramos en una aventura que
no tendrá un buen final… Si es cierto que no controlamos nuestros sentimientos,
tenemos la capacidad de decir que no, cosa que jamás hacemos y dejamos que nos
lastimen una y otra vez…
Se puede decir que no aprendemos la lección la
primera vez y ahí estamos nuevamente llorando por una desilusión, nos dedicamos
gran parte de nuestra vida en tratar de reparar las heridas, y no nos damos
cuenta que cuando ya creíamos haberlo logrado alguien llega, y en un segundo las
vuelve a abrir aún más grandes que las anteriores…
Se piensa que por lo menos una vez en la vida
logramos ser completamente felices, yo no sé cuándo lograré que esto suceda,
pero sí sé que el amor en nuestra vida llega sólo una vez y nos sentimos
completamente felices y llenos de dicha, pero en el momento menos pensado todo
termina y nuestro corazón se parte en mil pedacitos, heridas que jamás
lograremos cerrar completamente…
He amado sólo una vez en mi vida con el corazón y
el alma completamente, pero no siempre las cosas salen como pensamos y volvemos
a sufrir pero ya tenemos la experiencia de cómo curar las heridas, ojalá esta
vez dure menos el proceso de curación y algún día vuelva a sonreír con el
corazón ya sanado…