Un hombre que acababa de quedarse viudo estaba guardando en cajas las cosas de su difunta esposa. Y entre ellas encontró un frasco de un caro perfume que él le había regalado en su aniversario hacía dos años. El frasco estaba intacto, sin usar. El recordó que varias veces le había preguntado a su esposa por qué no usaba el perfume y ella le había respondido que era tan caro y tan bueno que esperaba una ocasión realmente especial para estrenarlo.
Por desgracia tal ocasión nunca llegó y ella nunca pudo disfrutar aquél perfume.