Cuando esté la luna dibujadaen el vasto medallón del cielo cuando el mar profundo y quietoeleve su vientre en marejada…Cuando ciña la sombra tu figuray el nardo exhale su fraganciaatravesando tiempos y distanciallegaré hasta ti en la penumbra.Seré brisa fugaz aventando miedos del azul terso súbito reflejo, susurro dócil que responde al ruego. Recién entonces, profundo y suave en tu alma intenso arderá mi fuego, ¡y seré por fin su absoluto dueño!
Autor: Graciela Carroz
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