Permite que tu mente se vuelva
como un lago tranquilo, sin olas,
y disfruta de esta experiencia.
Al finalizar un día,
es importante sentarse con uno mismo y
dejar que la mente se estabilice.
Lentamente, permitir que la mente s
e vuelva pacífica y serena,
como si el día entero no la hubiera afectado.
Para esto, has el ejercicio de enfocarse
en un punto específico y concentrarse
en si mismo como si tu fueras un punto.
Visualízate como un punto de luz brillante;
un punto no trabaja y no actúa,
simplemente existe y acepta
la existencia tal cual es.
Al hacer este ejercicio,
poco a poco verás tu mente convertirse
en algo más suave y sutil,
lleno de paz y serenidad.
Bendiciones!!!
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