Las palomas
En el collado aquel de los sepulcros una palmera y su penacho verde se yerguen donde acuden las palomas a anidar por la noche y guarecerse.
Con el alba desertan de las ramas: como un collar que se desgrana, vemos -blancas, dispersas, en el aire azul- que algún tejado buscan aún más lejos.
Todas las noches es un árbol mi alma donde se posan con las alas trémulas enjambres blancos de visiones locas para echar a volar cuando clarea.
GAUTIER
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