La Luna, astro de la magia La Luna desempeña una función particularmente importante en el campo de la magia.
Ante todo, porque los magos observan sus diferentes fases - creciente, decreciente, luna llena, luna nueva -
para dedicarse a sus operaciones. Después, porque la misma luna y las entidades que la pueblan son a menudo invocadas durante estas operaciones. La Luna es el astro tanto de la magia blanca como de la magia negra.
Los iniciados han subrayado estos dos aspectos, puro e impuro, benéfico y maléfico.
Entre los griegos, estos dos aspectos estaban personificados por la diosa Diana - o Artemisa -, llamada la casta Diana,
y por la diosa Hécate, divinidad infernal.
La Luna es una región de dos caras y su lado oculto tiene la propiedad de recibir todo el mal que se genera en la Tierra.
Pues los pensamientos y los sentimientos se desplazan:
los pensamientos y los sentimientos de los hombres inspirados por el mal son atraídos por el lado oculto de la Luna,
que la Ciencia Iniciática llama como negro.
El cono negro envía inmediatamente este mal a la Tierra en forma de influencias nefastas;
precisamente los brujos atraen de esta región a las entidades tenebrosas que atormentan y confunden a los humanos, y toman también los elementos nocivos para sus hechizos y sus conjuraciones. Por lo que se refiere al otro lado, que está expuesto a la influencia del Sol,
se trata de la región de la pureza, la región de los Ángeles que aportan la pureza de la vida.
La Luna reina sobre las aguas. Si quieres purificarte, llegar a ser como el agua pura, debes unirte a la Luna,
pues la Luna rige tanto las aguas cristalinas como las aguas contaminadas.
Así como el Sol es afín al fuego y al oro, la Luna lo es al agua y a la plata.
El que sabe trabajar con la Luna se purifica.
Puedes hacer este trabaja teniendo en la mano un objeto de plata y uniéndote al Arcángel Gabriel -
que es el Arcángel de la Luna como Miguel es el Arcángel del Sol -, y pronuncias su nombre.
También la perla, por sus emanaciones y simbolismo, tiene afinidad con la Luna. Quieres desarrollar tu voluntad o tu salud, tener más amor, mas sabiduría, mas luz:
espera a los primeros días de la Luna creciente; y durante la noche miras la Luna, levantas la mano derecha y dices
: "Como la Luna crece y llena en el cielo, que todo mi ser se llene de salud, de vigor...
o de luz, de amor, para que yo pueda ser un servidor de Dios".
Pronuncias la fórmula tres veces. Y durante la Luna menguante pronuncias la fórmula contraria:
"Como la Luna mengua, que tal defecto, tal vicio en mi disminuya y desaparezca, para la gloria de Dios"
Pronuncia también tres veces la fórmula levantando la mano.
si haces estos ejercicios regularmente, con convicción, obtendrás resultados.
(Tomado de El Libro de la Magia divina - Omraam M. Aivanhov)
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