Siendo joven de ti me enamoré
Mis ojos se cerraron por tu amor,
Jamás admití que me equivoqué
Sintiendo de tus labios el dulzor.
Pasaron los años, me puse a escribir
Poesías románticas inspiradas por ti
Llené mi cuaderno de ilusiones
Mientras las lágrimas no me dejaban dormir.
La poesía fue mi compañera fiel
La que sembró idilios al anochecer
La noche terminaba y yo sin poder ver
Las mentiras de un hombre infiel.
Sin embargo la poesía me alumbraba
Con un delicado velo de romanticismo
No pude ver tus mentiras ni la sombra
De tristeza de mis palabras de amor.
Se apagó la luz de los versos escritos
Te digo adiós sin rima, sin llanto, solo adiós.
Autor:
|
ELISA ARANGUIZ OVIEDO
|